JUGUETE DE BAÑO

La hora del baño es uno de los momentos favoritos de los más pequeños de la casa: un rato especial en el que sus sentidos se despiertan, las sensaciones se multiplican, la textura de la espuma los envuelve, el olor a jabón es inolvidable, el calor del agua los relaja y aprenden a tener una mayor consciencia de su cuerpo.

Chapotear no es solo un rato de diversión: también lo es de desarrollo cognitivo, de estimulación sensorial, de estrechar los vínculos afectivos, de higiene personal o de avance en lenguaje y comunicación. Es una oportunidad única para explorar, para reír, para afinar la motricidad fina, liberar tensión, prepararse para el sueño o favorecer la intimidad y el cariño con tu bebé. En este artículo queremos que conozcas todas las ventajas de tener unos buenos juguetes para la bañera -ecológicos, pensados para su edad y cuidadosamente diseñados para aprovechar al máximo esta experiencia acuática-, así como todos los beneficios para la salud que conlleva el momento mágico del baño. Empecemos contándote qué dice la ciencia de las virtudes del baño para el cuerpo y la mente de tu hijo.

Tiempo sin distracciones con los seres queridos: Los padres, madres o cuidadores tienen un momento especial para conectar con el niño o bebé, favorecer los vínculos afectivos y mostrarle una protección especial, enseñándole hábitos de autocuidado e higiene.
Aprendizaje a través de la experimentación: Los juguetes que se hunden o flotan, los libros para el baño o los anillos de silicona permiten aprender matemáticas, ejercitar la habilidad de contar, perfeccionar el hábito de la lectura, contar cuentos y mejorar el desarrollo del lenguaje.
Estimulación sensorial: En la bañera, el bebé o el niño aprende a distinguir diferentes temperaturas, texturas y olores, favoreciendo el desarrollo óptimo de sus sentidos. Para potenciar la estimulación puedes jugar con elementos como la atmósfera musical, unan iluminación suave, una lámpara de auroras boreales, baños de burbujas, aceites de baño o diferentes jabones. La riqueza de sensaciones fomenta la autoconciencia del propio cuerpo.
Motricidad fina: Especialmente en los más pequeños, apretar esponjas o agarrar juguetes en la bañera contribuye a desarrollar y trabajar la motricidad fina, que la enciclopedia médica Medline Plus define como “la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos”.
Autorregulación: El momento del baño pertenece a las rutinas que brindan al niño seguridad y sensación de control y estructura, pautas esenciales para regular sus emociones y su comportamiento. La experiencia de juego única es ideal para su motivación.
La adecuada higiene previene enfermedades e infecciones: Los cuidados y la limpieza que proporciona la hora del baño ayudan a tener un sistema inmune fuerte para combatir infecciones y bacterias. Además, la ducha caliente descongestiona las fosas nasales, estimula la circulación sanguínea, relaja la musculatura, elimina la fatiga cerebral y ayuda a limpiar toxinas.
Desarrollo cognitivo: En la hora del baño se puede potenciar el habla, la escucha, el oído o la capacidad de observación, pero también los reflejos, el equilibrio o la memoria a través del juego.
Dormirá como un angelito: Un estudio realizado por científicos de la University of Texas at Austin para la revista Sleep Medicine Reviews confirma que los baños calientes son ideales para mejorar el sueño y acelerar el proceso para quedarse dormido. Lo ideal es que se realicen entre una y dos horas antes de meterse en cama. Las duchas calientes también se han asociado a una menor ansiedad, reducción del estrés y mejor oxigenación en sangre.